La luz de
un poste cercano entraba por la ventana de aquella habitación de motel e
iluminaba su cuerpo sobre la cama. Ella fumaba un cigarrillo mientras cantaba
su canción favorita, Down In A Hole de Alice In Chains. Mientras lo hacía, yo
estaba sentado a sus pies observándola con detenimiento mientras también
fumaba. Ella cogía una botella de Vodka, tomaba un sorbo y me ofrecía la
botella. Yo tomaba un sorbo y se la devolvía. Al terminar la canción ella mi
miraba con sus ojos vidriosos y una mirada ausente. Yo le acariciaba los pies. Ella
volvía a poner la canción y seguíamos haciendo lo mismo. De repente en medio de
una de esas tandas ella dejó de cantar, me miró fijamente y empezó a hablar:
“¿Sabes?
Deberíamos irnos del país por un tiempo y alejarnos de toda esta mierda para
siempre. Irnos a un pueblo olvidado de Dios, conseguir una casita en las
afueras con un huerto y un jardín. Yo puedo dedicarme a la música y tú a
escribir. ¡Es más! ¡Hagamos música! Tu escribe las letras y yo hago los
arreglos musicales.”
Mientras
hablaba ella se rascaba las piernas con ansiedad.
“Yo conozco
un man, amigo de mi hermana” –continuó- “él es productor musical y nos puede
ayudar con eso. El álbum se llamará Clean…
Al decir
esto se quedó en silencio por algunos segundos, se acercó y me beso los labios
cortamente. Tomó la botella de Vodka y dio un profundo sorbo. Prendió un cigarrillo,
puso nuevamente la canción y se puso a cantar. Yo tomé la botella, di un sorbo
y continúe observándola mientras mi alma se arrugaba al verla. A veces ella me miraba como queriendo decir
algo y luego evadía la mirada para seguir cantado. En un momento volvió a hablar.
“La casa se
debería llamar La Primavera como el cuadro de Botticelli. Tiene que ser de
madera, ¡esas casas son una chimba! Quiero un perro, ¿Un Husky? ¡Se va a llamar
Ratón!”
Las
carcajadas salieron de su ser llevando consigo mucho dolor y tristeza.
“¿Quiero
limpiarme, me ayudas por favor?”
En ese
instante la tomé de las manos y empecé a decirle que ella contaba conmigo un
100% para hacerlo. Que huyéramos juntos. Que todo saldría bien.
A mitad de
mi charla ya había notado que su mente no estaba conmigo de nuevo, más aun así continúe
hablándole. Me acerqué a ella y la abracé fuerte, ella hizo lo mismo. Me
aparto, me miró a los ojos y me dio un beso. Se alejó. Tomó la botella de Vodka y dio otro sorbo.
Prendió un cigarrillo, puso nuevamente la canción y se puso a cantar. Yo tomé
la botella, di un sorbo y continúe observándola mientras mi alma se arrugaba al
verla. La canción terminó al igual que
el alcohol y los cigarrillos. Nos acostamos y nos quedamos dormidos mientras
nos abrazábamos.
Al despertar
ella ya se había ido de la habitación. Sobre la mesa de noche había una nota.
“Lindo,
usted sabe que lo quiero pero mis demonios son más fuertes. Hace tres días
compré el tiquete a Los Ángeles. Viajo en unas horas. Ingreso a una clínica de desintoxicación
y empezaré a luchar por mi sueño. Algún día lo contactaré de nuevo para que se
venga para acá. Lo quiero con mi alma. Camila. PD. ¡Rock N’ Roll For Ever!”
Mientras las
lágrimas huían adoloridas de mi alma supe que nunca más volvería a saber de
ella. Solo deseé con todo mí ser que encontrase su paz…
Hoy 14 de
Abril del 2014 supe que el pasado Jueves la encontró. Descansa en Paz Camila.
Wow. So painful and yet, incredible. Amazing writing, sad story. Cheer up!
ResponderBorrarThank you Juanita!
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